La naturaleza del
barro; milenario como el hombre , dúctil hasta lo inimaginable parece ser en
las manos de Osmany Betancourt (Lolo) el
medio para acercarnos a una visión contemporánea de las posibilidades creativas que en una manifestación como la
cerámica muchos han limitado a las formas tradicionales de vasijas.
La crudeza con
que presenta el material y la desnudez
de los temas tratados establecen
una analogía entre lo representacional
y conceptual de su obra, entre contenidos
y formas que se equilibran en un
proceso solo posible bajo el dominio
técnico de su ejecución impecable.
Me deslumbraron en
el inicio las peripecias de quien logra
engañar el sentido visual para motivarnos a tocar una textura que casi por
mimesis traslada al barro; aun más
profunda resultó mi admiración por ese
despliegue de códigos en
representaciones de figuras que
alarmadas llevan consigo o sobre si la
carga de la cotidianidad ,como todo aquello que pesa sobre nosotros como seres
que convivimos con la nostalgia de algunos días y las obligaciones de siempre, es
casi una relatoría interior de temas que
agrupados resultan identitarios.
Entonces sus mujeres ocultan sus rostros para
descansar sobre tronos de calderos que
certifican su poder, o son
las legitimas damas de hoy que
enaltecidas portan sombreros de grandes
ollas, mientras sus hombres llevan a cuestas el peso del recuerdo de sus
historias y vivencias.
Enigmático se
muestra cuando nos provoca
entre la sutileza del
tratamiento de algunos rasgos o
superficies y lo grotesco y
expresionistas de sus masas
deformes que se aglutinan para hacer de
un reclamo un grito desgarrador.
Enfrentarme a su
obra me remonta a ese proverbio cristiano que nos aferra a la tierra como
principio y fin de nuestras vidas, es algo así como indicarnos la simplicidad
del mundo , la moldeabilidad de nuestra
existencia ,la fragilidad de nuestros problemas
es una lección filosófica y estética que nos brinda el Lolo para hacer
más comprensibles las preocupaciones
suyas y nuestras; sin escepticismos ni recelos. Es solo el pretexto
para recordarnos que… de la tierra somos y a la tierra vamos.